Artículo por Filemón Morales-Hernández, J. Concepción Rodríguez-Maciel, Saúl Pardo-Melgarejo y Bismark Aguilar Garzón

Posgrado en Fitosanidad–Entomología y Acarología, Colegio de Postgraduados, Campus Montecillo. Montecillo, Texcoco, Estado de México, México

  1. Entomol. Sci. 59(4): 000–000 (Mes 2024)

DOI: 10.18474/JES23-80

El mosquito *Aedes aegypti*, principal transmisor de enfermedades como dengue, chikungunya, zika y fiebre amarilla, representa un grave problema de salud pública en México, donde 30 de los 32 estados enfrentan riesgos de transmisión. El control de esta especie se ha basado principalmente en la eliminación de criaderos y en la aplicación sistemática de insecticidas como permetrina y malatión. Sin embargo, el uso prolongado y poco regulado ha derivado en múltiples casos de resistencia, amenazando la eficacia de estas herramientas.

Este estudio, realizado entre 2017 y 2018 por investigadores del Colegio de Postgraduados y otras instituciones mexicanas, evaluó la **estabilidad de la resistencia** a la permetrina (un piretroide) y al malatión (un organofosforado) en tres poblaciones de *Ae. aegypti* provenientes de La Paz (Baja California Sur), Culiacán (Sinaloa) y Guadalajara (Jalisco). La investigación se centró en observar si la resistencia persistía o disminuía a lo largo de siete generaciones de cría en laboratorio sin exposición a insecticidas.

Para ello, se recolectaron huevos en campo y se realizaron bioensayos con larvas de cuarto estadio, comparando su respuesta con una cepa susceptible de referencia (New Orleans). Los resultados mostraron inicialmente niveles altos de resistencia en las poblaciones analizadas. En el caso de la permetrina, la resistencia relativa (RR95) en la primera generación varió de 53.8 a 267.9 veces más que la cepa susceptible. Para el malatión, la resistencia fue más moderada, con RR95 de entre 5.6 y 10.5 veces.

Lo relevante es que en ausencia de presión de selección, es decir, sin aplicar insecticidas, **la resistencia disminuyó notablemente**. El mayor descenso se observó de la generación F1 a F2, y tras siete generaciones, las respuestas a ambos insecticidas fueron muy similares a las de la cepa susceptible. Esto sugiere que la resistencia en estas poblaciones es inestable y puede revertirse con periodos de descanso del uso de ciertos productos.

Estos hallazgos tienen implicaciones clave para los programas de control vectorial: **la rotación planificada y el uso temporal de insecticidas alternos podrían restaurar la eficacia de aquellos que han perdido efecto por resistencia**. No obstante, la velocidad de reversión depende de diversos factores como el costo en la aptitud biológica de los mosquitos resistentes, la frecuencia inicial de alelos resistentes y la presencia de individuos susceptibles.

El estudio refuerza la importancia de incorporar estrategias de manejo de resistencia basadas en evidencia, donde se interrumpa periódicamente el uso de ciertos insecticidas para permitir la recuperación de la susceptibilidad en las poblaciones de mosquitos. También destaca la necesidad de monitoreos constantes, ya que la evolución de la resistencia es dinámica y contexto dependiente.

En conclusión, la resistencia a permetrina y malatión en *Aedes aegypti* en México no es permanente. Siete generaciones sin exposición fueron suficientes para revertirla, abriendo la puerta a estrategias de rotación y manejo más efectivas y sostenibles en la lucha contra enfermedades transmitidas por vectores.

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